llevándolo todo a la oración y ofreciéndolo al PADRE y a su Hijo.
Puedo hablar del AMOR misericordioso del Señor hacia mi y hacia mis hermanas y de mis pobrezas físicas y espirituales
Bien que desde mi pequeña infancia vivía en medio de las Hermanas del Ángel de la Guarda no pensaba ser religiosa como mi hermana mayor Sor Emmanuel y mi hermana Genoveva. Pero a los 16 años el deseo de darme a Dios inundo mi vida.
Sí, darme enteramente a Dios, ocuparme de los enfermos, de los niños más débiles, abandonados, esto era lo que yo quería. Quiero precisar aquí mi deseo de ser MISIONERO.
A la salida del noviciado una prueba me esperaba en Quillan “mi primera comunidad”; la guerra y el estado de la comunidad envejecida provocó la duda de mi vocación. Pero el Señor me dio a comprender que mi vida le pertenecía, puesto que se le había dado con la promesa de darme el gozo y la fuerza necesaria para seguirle.
Al regresar en Francia tuve que adaptarme a otra nueva realidad. Pero convencida de que el Señor está siempre presente en mí caminar cotidiano.
Actualmente vivo en la comunidad de Quillan, lugar de encuentro y abertura a la realidad de este pueblo. Cada Hermana intenta vivir el anuncio y dar testimonio. Queremos ser sencillamente Ángeles visibles, en este pueblo tan querido de la Congregación.
Se trata de llevar una vida de AMOR con los que nos rodean, con los que nos relacionamos al estilo de JESUS. Hna. Mª Jose BixaconillPero a pesar de esa vida entregada, yo soñaba de ir a MISIONES, y la congregación me propuso de ir al MALI. Fueron años muy felices.
El MALI fue una grande riqueza para mí. Encontré gente abierta, libre, llena de sabiduría. Era importante para mi llevar el Evangelio como dice el Papa Francisco “anunciarlo en las periferias “. Y como lo piden nuestros Fundadores ” Formar discípulos de Jesús” y ser como Ángeles visibles.