RASGOS QUE NOS DEFINEN COMO CONGREGACIÓN
La sencillez evangélica es nuestro carácter distintivo. En el espíritu de la Congregación sencillez significa buscar sólo a Dios y su Reino, fe humilde y confiada en el Señor, hacerse pequeña con los pequeños; transparencia, humildad y rectitud de corazón.
La Madre San Pascual y el Padre Luis Ormières, como Abraham supieron escuchar la voz de Dios que les dice “Sal de tu tierra y vete a la tierra que yo te mostraré … “ Y así en fidelidad a la vocación recibida, transmiten a las hermanas el carisma que perdura a lo largo de tantas generaciones “ Formar verdaderos discípulos de Jesús” Este es nuestro fin principal.
El nombre de Hermanas del Ángel de la Guarda, con el que somos reconocidas como familia religiosa, es símbolo y programa de nuestro modo de ser y ha de reflejarse en las tareas apostólicas. Como los Ángeles, a los que la escritura muestra con una misión de salvación, nosotras hemos de estar prontas para cumplir la voluntad de Dios, siempre en actitud de servicio, disponibles para el anuncio del Reino.
Es símbolo y programa de nuestro modo de ser. Como los Ángeles, a los que la Escritura muestra con una misión de salvación, nosotras hemos de estar prontas para cumplir la voluntad de Dios, en actitud de servicio, disponibles para el anuncio del Reino.
En la misión que realizamos las Hermanas junto con los laicos, tratamos de ser ángeles humanizadores de la historia, que guían, cuidan y acompañan a los seres humanos, a la vez que anuncian y denuncian aquello que impide la paz, la justicia y el respeto.
Acompañamos en el camino de la vida a los niños, jóvenes y adultos, ayudándoles a descubrir la huella de Dios.
Caminamos junto a ellos, en su proceso de crecimiento humano y cristiano para que lleguen a ser hermanos al lado de los demás y se comprometan en la transformación de su entorno.
Tenemos hoy la oportunidad de encontrarnos con el ser humano en su movilidad, ser personas y comunidades samaritanas que saben acoger y cuidar a los heridos y marginados. Esto supone un cambio de mentalidad y una profunda reestructuración en nuestro estilo de vida.
Optamos por trabajar por la justicia, la paz, la defensa de la vida y de los derechos humanos.
ALENTAR
Sólo desde una cercanía llena de amor se puede descubrir EL DON DE CADA UNO, y las necesidades de las personas y desde ahí se puede alentar, dar vigor y hacerse compañeras de camino sembrando alegría y entusiasmo.
ANUNCIAR
Lo hacemos a través del testimonio de una vida alegre, sencilla y encarnada en el pueblo, respetando y apreciando su cultura; y colaborando en la construcción de una sociedad más justa, humana y cercana a los valores del Reino.