Cuando Dios llama hay que acudir Escribe tu testimonio vocacional, me dijeron y dije entonces Toda mi vida habla de mi vocación…de un continuo llamado a ser buena, agradecida y dispuesta al servicio… Mi vida familiar marcó esa forma de ver la vida. Recuerdo entonces a mi papá (Pedro Alonso) y mi mamá (Luisa) estando muy pequeña se separaron, mi hermana Luisa y yo nos criamos con mi papá y su hermana mayor, mi tía Andrea. Mi hermano menor Alonso con mamá. Mi tía Andrea que era como mi mamá, compartió con nosotras una fe sencilla, sus santos, las fiestas patronales, nuestros difuntos, la Devoción a la Cruz de Mayo. Mi papá compartió su devoción al Dr. José Gregorio Hernández, también a Jesús crucificado, que nos acompaña en nuestros dolores. Él fue huérfano de papá y mamá a los 12 años, nos contaba y "gracias a Dios nunca le faltó nada" una fe del que se siente en todo momento en manos de Dios. Sin misas o mayores actos. Pero con una fe confiada. Fiada de Dios. Había que ser buena, colaborar en todo en casa, y aunque los demás no fueran mis hermanos de papá y mamá, eran mis hermanos, que al necesitado había que socorrerle. Eran gente buena, no porque fueran mi familia. Aunque no digo que todo eso lo vivían, pero era su ideal de vida y luchaban por eso. Mi papá, murió un 3 de Mayo, cuando se celebra en Venezuela, la Exaltación de la Cruz. En medio de mi vida, Dios me llama a un encuentro con Él, a madurar en la fe, a construir fraternidad, a ser ÁNGEL. Estudiaba yo en la universidad y un día me surgió de dentro ir a misa, recuerdo siempre, y me dijeron lo de la casa “de cuando aca” inicie así mi preparación a la Confirmación, y así, junto a mi ritmo de estudios me incorporo a una vida parroquial intensa. Dios me llamaba a servirle. Llega entonces la invitación: “Consagra tu vida a la del Reino”.Y es cuando emprendo un camino de búsqueda de la mano de Dios de ¿Cómo eso? No fue fácil dar respuesta a esa pregunta. Un día, mi confesor me dijo: “no conoces unas hermanas que van con lo que tu buscas…” Entre los pobres y sencillos. Y así seguí ese camino de la mano de Jesús, para madurar en la fe, para ser cada día más buena y para servirle a Él en los más pequeños. Que lo hago, ni remotamente, pero siento un llamado profundo a hacer ese camino, me anima la confianza de que Dios nunca me deja de su mano. Un camino de ser Ángel. Agradecida a mis hermanas que me han acompañado. Ha sido un riesgo, a mi familia en un principio no le pareció, pero cuando Dios llama hay que acudir Primeros Votos de Migdalia Guillén. 21 de Septiembre del 1996. Así, como en mis Primeros Votos, dije SI, y sellé una alianza de AMOR con Alegría, HOY, después de 19 Años, que parecen poco pero son una vida… digo: AQUÍ ESTOY SEÑOR, ENVIAME -Hna. Migdalia J. Guillén-