Desde los orígenes nuestra Congregación es misionera. Nuestras Constituciones así lo expresan “Por carisma de los Fundadores y por envío de la Iglesia en cuyo nombre y mandato ejercemos nuestro apostolado, la Congregación es misionera. Realizamos esta actividad mediante el anuncio del evangelio, el testimonio de vida y colaborando en la formación de comunidades cristianas que expresen la presencia de Dios en el mundo. Art. 73 de Constituciones.
La diversidad de culturas en estos países recrea y enriquece nuestro Carisma.
Nuestro deseo de evangelizar cobra especial relieve entre los pueblos que no conocen a Jesucristo y nos urge anunciarles el Evangelio, trabajar con ellos en la promoción y la defensa la vida. La justicia en medio de la gente de distintas culturas, colaborando con otras confesiones religiosas, en acciones concretas en favor de los grandes problemas de la humanidad.
Acogiendo en actitud de diálogo, favoreciendo la justicia, la paz, la igualdad, la dignidad de la mujer, proclamando la buena nueva del Evangelio. Dedicamos especial atención especial a la promoción de la mujer y el respeto de su dignidad.
Insertas en la Iglesia local y diocesana animamos la creación de comunidades cristianas.
Vivimos de manera sencilla y encarnada en el pueblo, dejándonos evangelizar por sus valores y dando testimonio de los valores del Evangelio. Nuestro deseo de evangelizar cobra especial relieve entre los pueblos que no conocen a Jesucristo y nos urge a anunciarles el evangelio, trabajar con ellos en la promoción y defensa de la vida.
La actividad misionera es, la manifestación del propósito de Dios o epifanía y su realización en el mundo y en la historia, en la que Dios por medio de la misión, perfecciona abiertamente la historia de salvación.