UN GRAVE PROBLEMA HUMANITARIO: PERSONAS REFUGIADAS EN EUROPA
En Siria, millones de personas han tenido que huir y abandonar sus casas y todo lo que tenían para intentar buscar seguridad en otros países, más de cuatro años de guerra les ha sumido en un grave conflicto. El flujo de personas que huyen de sus países no cesa, innumerables son las dificultades que encuentran en el camino. El frio en el norte Europa y en la región de los Balcanes somete a los refugiados a duras pruebas, junto a la enfermedad y escasos alimentos. Miles de personas han desaparecido en su intento de buscar un futuro mejor. Ante esta gran crisis humanitaria las necesidades de estas familias siguen aumentando, han arriesgado sus vidas y las puertas se cierran.
Ante este grave problema, nos preguntamos: Y yo ¿Qué puedo hacer? ¿Qué respuesta dar?
SIEMPRE HOY VOCES QUE CONFORTAN Y CONSUELAN
En la isla griega de Lesbos, el Papa Francisco, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I y el Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Jerónimo II, pidieron en una declaración conjunta el fin de la violencia en Medio Oriente y la atención mundial a la crisis migratoria que se ha desencadenado.
Manifiestan que la opinión mundial no puede ignorar la colosal crisis humanitaria originada por la propagación de la violencia y del conflicto armado, por la persecución y el desplazamiento de minorías religiosas y étnicas, como también por despojar a familias de sus hogares, violando su dignidad humana, sus libertades y derechos humanos fundamentales.
Y añadieron: “Por nuestra parte, siguiendo la voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, decidimos con firmeza y con todo el corazón intensificar nuestros esfuerzos para promover la unidad plena de todos los cristianos”.
Estas palabras: ¿suscitan en mí algún compromiso?