Abrimos este año celebrativo porque la Beatificación es un acontecimiento de Iglesia y para la Iglesia, y un motivo de alabanza y de acción de gracias: ‐ porque el Señor ha suscitado en su Iglesia a este hombre de evangelio, apasionado por hacer discípulos de Cristo ‐ porque el Señor ha conducido los caminos de la Congregación con infinita misericordia y ternura ‐ porque hoy Ormières es ejemplo de santidad desde la pequeñez y la humildad, desde una cotidianidad vivida con alegría, fe y confianza, entre los pequeños de su tiempo ‐ porque hoy, el "Cher Père" es grito profético de fidelidad y sencillez evangélica, que alienta la posibilidad de otro mundo posible ‐ porque la Beatificación es una llamada a la fidelidad al Carisma, a seguir haciendo realidad el don recibido, a testimoniar con gozo nuestra Identidad, a recrearla y compartirla con otros en nuestra misión apostólica ‐ y porque es también una llamada a una renovación espiritual y a la expansión de nuestro Carisma en la Iglesia y en el mundo, a través de nuestra Misión y de la Familia Laical Ángel de la Guarda ‐ porque, desde su amor por la Palabra, Ormières sigue invitándonos a acudir a la Escuela del Divino Maestro Queremos vivir este año celebrativo como una experiencia que nos ayude a vivir nuestro seguimiento de Jesús con más hondura y fidelidad, y que nos entusiasme en la vivencia del carisma en la Iglesia, por el camino de la santidad, al estilo de Luis Ormières.
