Hoy, día de la Vida Consagrada, comparto lo que ha sido mi vocación. Llamada que recibí un día en un hermoso lugar de la región Guayanesa de Venezuela. Vivía en “Bella Vista”. Llevo 27 años sintiéndome amada, enamorada, apasionada por servir a Dios y su Reino como Hna. del Ángel de la Guarda.
Era una chica como muchas de mi generación, me gustaban las fiestas, soy una mujer risueña, alegre, dispuesta, servicial. Un día me invitaron a participar en el grupo juvenil de la comunidad, y yo me atreví a cambiar mi rutina diaria por la propuesta de estar en un grupo donde compartía con otros jóvenes, dónde había danza, teatro, reflexión, oración, y compromiso en la comunidad. Nuestro sector era un barrio en donde se necesitaban los servicios públicos y vimos como nuestras madres se comprometieron a luchar por ello, eso a mí siempre me ánimo estar en esa lucha por lograr que las autoridades públicas cumplieron con los servicios que merecían todos los habitantes del Barrio. Y muchos se consiguieron con luchas, exigencias, compromiso. Es decir que la parte social es una fuerza que dinamiza mi compromiso de mujer consagrada.
Luego la experiencia en la Comunidades Eclesiales de Base fue el impulso para conocer a Dios, me acerqué a la Palabra y allí descubrí como Dios, ha acompañado siempre a su pueblo, creándolo, liberándolo, animándolo, estando a su lado aunque el pueblo desviara sus camino, Dios no abandonaba, y su amor fue tanto que nos entregó todo, a su propio Hijo “Jesús”, conocer a Jesús fue lo que me animó a seguir apostando y las Hnas del Ángel de la Guarda me ofrecieron una Espiritualidad y Carisma: “Ser y Formar verdaderos discípulos de Cristo, siendo como el ángel, que cuida, anima, acompaña, protege, sana. Libera, a través de la Educación, la actividad misionera y el cuidado de los enfermos”. Cómo no ser como nuestros Fundadores P. Luis Ormiéres y la Madre San Pascual, que estuvieron atentos a la realidad de su tiempo y respondieron con audacia a las necesidades: Así mismo, yo sigo animada en vivir comprometida para que sea posible ese Reino de Paz, justicia, amor, fraternidad, solidaridad.
Agradezco que en mi caminar mis padres, papá José y mamá Hortensia; aunque al principio les costó mi decisión, me han acompañado, me enseñaron las primeras oraciones y con su ejemplo me ayudaron a descubrir la opción por los pobres, así me hice hermana. Bendigo que Dios se ha fijado en mi hna. Annalisse y le llamó para también estar a su servicio, al igual que cada uno de mis hermanos y hermanas han descubierto su vocación al matrimonio.
Las motivaciones que me siguen animando en este camino las puedo resumir en:
1.- Llamada de Jesús a ser su discípula, por lo que el seguimiento radical me conduce.
2.- Vivir la fraternidad como una experiencia de reconocer que el amor es un regalo desde la bendición de ser Unidad en la diversidad.
3.- El compromiso de servir y estar entre los más pobres, ellos animan y acompañan mi caminar y con sus nombres van llenando mi corazón.
4.- Existir y testimoniar el ser ángel visible que se alegra con los que están alegres, lloran con los que lloran, oran con los que se sienten abatidos y confían en la Divina Providencia. Es Vivir el texto de la Bienaventuranzas como programa de vida. Mt 5.
Joven pregúntate ¿Qué quieres hacer con tu vida?, y escucha al Señor que te dice ¿Qué quieres que haga por ti?, y atrévete a responderle. Señor ayúdame a descubrir mi vocación, dile “Sí quiero”. Déjate guiar por Jesús, así como lo hicieron los discípulos: ¿Señor dónde vives?; “vengan y lo verán”, “Se quedaron con él” (Jn. 1,10) Oren, sí, dejen que el Señor les hable, les toque el corazón y déjense conducir, “No quiero más que hacer tu voluntad”. Porque caminar al lado del Señor es descubrir caminos insospechados, es hacerse hermana de los hermanos, es amar y amar hasta el extremo, entregando la vida, es arriesgar con la certeza que al final “Tendrás el ciento por uno”. ¿Quieres, te atreves? ¿ Quieres cambiar tu Vida?. Te invito a ser Hermana del Ángel de la Guarda.
Hna. Blanca Griselis Velázquez. Ocumare del Tuy.
