Es, sin duda, una estupenda ocasión para renovar, como familia, nuestros compromisos; para agradecer al Señor tanta vida entregada y gastada en los distintos campos de misión y para recordar, con un corazón agradecido, a tantas hermanas, compañeros y compañeras de camino, su trabajo en la extensión de la Buena Noticia, desde los inicios hasta hoy.